
La lección de anatomía
De manera incisiva, la puesta conmueve, incomoda, divierte y, sobre todo, invita a la reflexión. ¿Qué es la humanidad? ¿Qué consideramos natural y qué es producto de un constructo social? ¿De qué manera podemos liberarnos de tantos condicionamientos?

Llegaron los chicos
Los actores —Marcelo Saltal, Verónica Kamlacz, Pablo Olarticochea, Gisela Fiordelmondo, Oscar Souto— funcionan como un ensamblaje afilado: cada uno aporta energía y riesgo. En algunos pasajes, el desborde propio del grotesco roza la saturación, pero esa intensidad es también parte del juego que propone la obra.

Argentino hasta la muerte
Un unipersonal para los amantes de la poesía y los que quieran recordar o descubrir al argentino vintage.

La Gaviota
El simbolismo de la gaviota, metáfora de sueños truncos y anhelos imposibles, atraviesa la obra y conecta con un presente que sigue preguntándose: ¿cómo se sostiene un sueño? ¿qué lugar ocupa el arte en nuestras vidas?

La receta de Petrona
Todo comienza con dos señoras con look retro, sentadas en un living de igual estética, tomando café y charlando sobre los libros de recetas. A los pocos minutos comienza la acción y Mirta se traslada hacia una mesada de cocina, se pone un delantal y se convierte en Doña Petrona, rol al que acude cuando el texto lo requiere. Miriam se encarga magistralmente de ser el la maestra de ceremonias que va hilando los pasajes biográficos e interpretando personajes que van desde un dueño de editorial hasta la mismísima Juanita, que no podía faltar a la cita.

Muy a mi pesar
Claudia Cantero se impone y sostiene todo el peso dramático. Su interpretación no vacila: los estados emocionales —la ternura, el humor, la frustración, la rabia contenida— se van filtrando con sutileza. No hay rebotes exagerados ni gestos innecesarios; cada palabra y cada silencio pesan. Mantiene al público entre la empatía y la tensión, haciéndonos cómplices de su carga.