25/10/2025
IMG_20251012_205049.jpg
Se destaca el nivel del general del elenco, con actores precisos que no pierden el ritmo en ningún momento pese a la duración de la obra. El vestuario y la escenografía, acompañan permanentemente a la historia y al nivel de la puesta sumamente cuidada en detalles.

La obra escrita por Tito Cossa en 1985, sigue tan vigente y provocando el mismo efecto que cuando fue puesta en escena por primera vez.
Con un puntapié inicial de un hecho real (en diciembre de 1939 el acorazado nazi Graf Spee fue torpedeado en el Río de la Plata y sus tripulantes refugiados en Uruguay para entonces país Neutral) Cossa crea un sainete absurdo y bien porteño que juega permanentemente con el humor y la reflexión.
La historia transcurre en un recreo de Quilmes regenteado por una familia compuesta por un padre busca y ventajero con poca fortuna, certeramente interpretado por Matías Alarcón, y su esposa e hija, dos mujeres ambiciosas tratando de acomodarse a las circunstancias en post de una vida mejor.
La llegada de un marinero joven sobreviviente del naufragio, Alexei Samek dueño de una destreza física envidiable que realza su muy buen trabajo actoral, comienza a cambiar la suerte de la familia y abre la puerta a la llegada de 3 personajes delirantes, un jerarca Nazi, un Profesor y un compadrito, que completaran la escena familiar y comercial.
Se destaca el nivel del general del elenco, con actores precisos que no pierden el ritmo en ningún momento pese a la duración de la obra (100 minutos).
El vestuario y la escenografía, acompañan permanentemente a la historia y al nivel de la puesta sumamente cuidada en detalles. La música y una voz de locutor que sale de una vieja radio va marcando las décadas transcurridas en aquel parador que permanentemente va mutando según las circunstancias políticas del país y necesidades de quienes lo habitan.
El final preciso es el que elige el público con un aplauso fervoroso, hasta que lo sorprende un epílogo. La dirección de Mariano Cossa, es correcta y demuestra una fidelidad aguerrida al texto de su padre al no permitirse omitir esa última escena.
Los compadritos es una pieza de teatro clásico argentino que todo amante del teatro debería ver.